lunes, 11 de junio de 2007

Mediocridad cool

Si después de un día que me revienta la cabeza de tanto darle a la tecla, aún me entran ganas de escribir un nuevo post, imaginaos mi grado de indignación ante el asunto que voy a criticar. Y es que estoy mega harta de vivir rodeada de gente "cool" que lee el periódico para hacer alarde en su círculo de conocidos de cuánto saben de la actualidad y que en el fondo no se creen ninguna de sus miserables palabras revolucionarias.

Sí, estamos en la era de la mediocridad y el disfraz cool, de gente que lleva camisetas del Ché Guevara cuando no saben ni quién era, o chapas con la estrella comunista, cuando se van de vacaciones a África por ser más barato y luego vienen criticando lo mal que huele la gente de allí y la cantidad de suciedad que atesta las calles. Yo a mi alrededor tengo algunos especímenes categorizables en este perfil y la verdad es que cada vez que empiezan a ridiculizar a Angela Merkl - no por convicciones políticas, sino porque lo que mola es ser de izquierdas e ir de hippy - y a protestar contra el G-8 ALUCINO, VECINO!!! Estoy harta de niñatos pseudo-concienciados que arremeten contra el sistema mientras chupan de él todo lo que pueden y un poco más; de gente que va de solidaria y anti-globalización y te tratan como si fueras gilipollas por ser extranjeros, que aprovecha la mínima ocasión para mofarse de la música que escuchan los vecinos turcos y del tufo que echa el extractor del Kebap-Haus al que curisoamente acuden cual rayo cada vez que se les agotan las reservas en casa. ¡Así no se puede! Hala, ya me desahogué.

viernes, 1 de junio de 2007

Montaña rusa

La vida es como una montaña rusa: estás arriba y al segundo siguiente, abajo. Ahora el corazón llora y mañana irradia plenitud. En las últimas semanas me he sentido como subida al Dragon Kahn: angustia, indecisión, alegría súbita, depresión profunda... Reconozco que me han educado para ahogarme en un vaso de agua, un lastre difícil de olvidar por el camino. Por fin ya estoy más estable emocionalmente, he logrado aclararme en algunos temas y encontrar mi nirvana transitorio. Aunque no sé si dentro de dos días estallará la tormenta de nuevo. Pero, a decir verdad, ni lo sé ni me importa. Lo he pasado demasiado mal como para seguir dudando y temiendo las consecuencias de mis actos. Lo que sea, sonará. Y Lisboa queda aparcada por una causa mayor. Decido y respiro hondo. Punkt aus.