martes, 18 de septiembre de 2007

Paciencia y barajar

Buscar curro es como una partida de cartas: hace falta mañas, rodearte de la gente adecuada (uséase, contactos, enchufes, o como se le quiera llamar) y, sobre todo, SUERTE. El azar muchas veces decide el desenlace del juego. Nada que ver con lo que pensaba en mis tiernos años de estudiante, cuando, inocente de mí, estaba convencida de que a uno lo contratan por sus capacidades y que el concepto "enchufe" no se daba más que en excepciones. Ja! A decir verdad, cuando estaba haciendo la carrera estaba en la parra, me sentía privilegiada por haber sido admitida en una facultad con un examen de acceso peor que el cásting de OT y me concentraba en sacar buenas notas, sin ni siquiera pensar en cuánto iba a ganar al trabajar, ni cómo sería un día en la vida de un currante de mi oficio. Me conformaba con asentir con una sonrisa placentera cuando los profesores nos aseguraban que en este mundo "hay muchas salidas" y que poco menos que nos iban a llover las ofertas de trabajo. Ja! Es cierto que hay posibilidades, pero yo me pregunto: si alguien me hubiera dicho que el sueldo medio al que puedo aspirar en una empresa en Espana son 1.200€ al mes, hubiera vuelto a estudiar lo mismo? En el fondo he de admitir que sí, pero por cabezonería, lo cual no significa que las universidades no estén en la obligación de orientar a sus pimpollos sobre lo que les espera ahí afuera: una remuneración en absoluto generosa para el talento y los malabares intelectuales que requieren la profesión y la plaga del teletrabajo, que nos está engullendo poco a poco.
Ahora me encuentro con una mano delante y otra detrás. Como ya dije en otra ocasión, tengo mi futuro asegurado durante seis meses, pero después no tengo ni idea de lo que pasará con mi vida. Hay gente que se toma con filosofía la búsqueda de empleo. Yo estoy haciendo progresos y aprendiendo a controlar mi ansiedad, pero hay veces que la espera con su "a ver qué pasa" adosado me chamusca la cabeza. Me han hecho un par de ofertas y ninguna me convence; aun así, no puedo evitar sentirme culpable por rechazar trabajos, tal y como está el panorama.
Pero es que me gusta apostar por el más difícil todavía: se me ha metido entre ceja y ceja ir a Francia. Además de obvios motivos personales (ejem), me tira aprender otro idioma nuevo. A pesar de adorar Colonia, a veces el corazón me pide aires nuevos. Los 25 pesan y sé que no quiero echar raíces aquí. Por eso, inconscientemente, me doy cuenta de que es hora de partir, aunque una parte de mí se quede aquí para siempre, un pedazo no es un todo, y antes de que la inercia me venza contra mi voluntad, he de ser fuerte y tomar una decisión. Pero adónde? Los nómadas no tienen mucho futuro en el mundo actual. Una pizca de espíritu bohemio está bien, en su justa medida, por desgracia uno no puede pasarse recorriendo el mundo con una guitarra toda la vida. No en este mundo ni en esta época.
Entre oferta y oferta que leo en mis horas apáticas de trabajo, me pongo a estudiar un libro de francés que me he comprado. No sé si mi futuro estará en el país del queso, el champán y las ostras, pero por ahora es la idea que más me seduce. Siempre me han gustado los retos imposibles. Quizás me dé de bruces con el suelo y termine llorando de rabia ante el fracaso, mi peor enemigo. Pero me puede la cabezonería y el atractivo de los imposibles.

3 comentarios:

Hanasu dijo...

Bella!!
Cierto es que la suerte desempeña un papel significativo en esto de buscar curro, pero no desesperes. Cuando nos decían que había mucho curro no nos estaban mintiendo, porque te aseguro que curros de 2 céntimos/ palabra hay a patadas. Lo que está más complicado es el trabajo bien pagado. Pero el que la sigue, la consigue. Lauri, estás de sobra cualificada para hacer lo que sea, pero a veces la inseguridad te mata. A lo mejor tienes que empezar haciendo currillos cutres hasta que des con el sitio o la persona que te ponga en el camino correcto. Ya me lo has oído decir miles de veces, pero de verdad que hay un trabajo magnífico y gratificante esperándote ahí fuera. Sólo tienes que tener paciencia. La mayoría de las veces no encuentras lo que quieres hasta que no dejas de buscarlo.
No te desesperes y mucha suerte.
Besotes mil,
J.

almarrota dijo...

coincido con el comentario anterior... normalmente lo que de verdad buscamos no aparece hasta que dejamos de buscar. yo tb desesperaba por un curro que de verdad quisiera.. y asi lo busqué sin conseguirlo durante años.. y cuando al fin me rendí, zas, a los 27 aparece ese trabajo.

asi que si te toca aceptar trabajos que no te convezcan, no lo tomes como un fracaso, si no como una prorroga mientras sigues buscando. mientras no te rindas ni acomodes...

y lo de que no se puede vivir de nomada eternamente ene ste mundo, ahi no estoy para nada de acuerdo contigo. no es posible solo si tus metas y ambiciones son las metas y ambiciones de "este mundo" ( ganar mucho, tener casa propia, estado del bienestar, futura familia , los domingos la excursion...) pero si no eres ambicioso, si no necesitas casa propia, si no solo techo.. si no necesitas cochazos, si no billetes de avion, si no necesitas sentirte importante ene sta sociedad, si no feliz y consecuente contigo mismo... si te es mas importante ver el mundo y conocer la vida que estar el resto de los dias de tu vida haciendo exactamente lo mismo... claro que se puede vivir sin raices.

simplemente hay que decidirse: la rutina pero eso si, con su seguridad? o la aventura y sorpresa, pero con sus riesgos?

besos,germanaaaaa

Anónimo dijo...

ninia,

perdona que te lo duga pero deberías seguir escribiendo.

:-)