sábado, 10 de febrero de 2007

Mer sind multikulinarisch, mer sind multikulturell

Sábado noche. Me he tomado un café y estoy como una moto, no va a haber quien me duerma hoy... Así que en vez de ponerme a estudiar, cosa que me convendría más, me dedico a descargar mis pajas mentales en este blog... ¿Dónde se fueron mis años de sacrificio y encierro estudiantil? He perdido la práctica, se nota... Ahora me es imposible quedarme un finde en casa, el cuerpo me pide gente y salir, y no precisamente de fiesta, sino más bien hablar, tener conversaciones eternas y estimulantes con gente interesante. Y eso es precisamente lo que me ha pasado hoy.

Esta tarde he quedado por primera vez con la mujer de un buen amigo de mi compañero de piso. Ella, JL, es de Pekín y ha venido a Alemania por amor, el de N., un estudiante alemán que conoció cuando él estaba de intercambio en su ciudad natal. Yo a él lo conocí cuando regresó de esa estancia en el gigante asiático que le cambió la vida. Se quedó en nuestro piso hasta encontrar uno propio y me cayó bien desde el principio: un tío abierto, entrañable (se le iba la olla a veces, pero me dio muy buen rollo desde que lo conocí) y viajado. Es extraño, pero después de más de dos años con la etiqueta de extranjera pegada a la frente, no puedo evitar clasificar a los alemanes entre "amigos de la extranjería" o "indiferentes a la extranjería", este último saco bastante amplio y abierto a matices, en el que caben desde la mera ignorancia hasta el desprecio, pasando por la aversión en su máxima expresión. Por suerte, N. es de los que se ha visto en mi piel y siempre me vio como una persona, no como un alien. JL vino casi un año después, y hace tres meses se casaron en un arrebato romántico.
Hasta ahora sólo había coincidido esporádicamente con JL en fiestas de amigos comunes y ya desde la primera vez me pareció una tía maja, la verdad. Intercambiamos números y es hoy cuando hemos quedado por primera vez de forma "premeditada". Ya me pareció un gesto bonito y cómplice por su parte tomarme del brazo en plan amiguísimas mientras íbamos charlando bajo la lluvia de camino a la cafetería, cosa impensable entre las valkirias, que le pones una mano en el brazo cuando no son tus íntimas declaradas y retroceden del susto cual resorte (o al menos en muchos casos es así).
Estuvimos hablando en inglés, un poco de alemán, intercambiando impresiones sobre el país, su gente, la integración, el ser extranjero y diferente, congeniando desde el primer minuto a pesar de las diferencias lingüísticas y culturales, hablando del amor, de la vida, de romper moldes y las consecuencias que a veces conlleva tomar las riendas de tu destino, hasta el punto de irte a otro país por hache o por be, huyendo a veces de lo establecido, sumergiéndote en otro mundo paralelo en el que al menos tendrás el consuelo de tu procedencia para justificar el ser diferente, de la búsqueda de la felicidad y de uno mismo. Con franqueza y confianza, a pesar de ser la primera vez que quedábamos.
Una de las ventajas de ser extranjero es la facilidad para conocer y entablar amistad con gente de otras culturas, de saltarte prejuicios e ir al fondo, a la esencia de la persona, valorando a la gente no por lo que tiene, de dónde viene o por cómo viste, sino por encima de todo por su calidad humana y el grado de empatía que sientes con ella. Sé que parece raro, pero el mero de ser todos emigrados, ya sea voluntarios o forzosos, hace que nos tengamos simpatía a priori: con el turco del kiosko, el francés de la crepería, el italiano de la heladería, etc. Siempre terminas intercambiando comentarios del tipo "de dónde eres" o "qué haces aquí" con una sonrisa en los labios y la sensación de entender la historia del otro sin que te la haya contado, por la simple razón de estar en su mismo "saco", a pesar de que nuestras vidas apenas tengan nada en común. Alguna ventaja tenía que tener la globalización. ¡Viva la multiculturalidad!

4 comentarios:

Unknown dijo...

dicho por LAURA
Una de las ventajas de ser extranjero es la facilidad para conocer y entablar amistad con gente de otras culturas, de saltarte prejuicios e ir al fondo, a la esencia de la persona, valorando a la gente no por lo que tiene, de dónde viene o por cómo viste, sino por encima de todo por su calidad humana y el grado de empatía que sientes con ella. Sé que parece raro, pero el mero de ser todos emigrados, ya sea voluntarios o forzosos, hace que nos tengamos simpatía a priori: con el turco del kiosko, el francés de la crepería, el italiano de la heladería, etc. Siempre terminas intercambiando comentarios del tipo "de dónde eres" o "qué haces aquí" con una sonrisa en los labios y la sensación de entender la historia del otro sin que te la haya contado, por la simple razón de estar en su mismo "saco", a pesar de que nuestras vidas apenas tengan nada en común. Alguna ventaja tenía que tener la globalización. ¡Viva la multiculturalidad!


Deveras yo comparto tu idea
me pregunto si yo tambien podre tener esa facilidad de entablar amistad con gente de otras culturas

CRIOLLO dijo...

Te he descubierto por los mundos de PJ, y al ver tu primera entrada donde pones CHARRA, digo ostis que es de aquí. En fin que he leído tu pequeño blog.
La verdad que el irse fuera de España está bien, muy bien. Dejas todo y a todos y como tu dices a lo largo de tu blog, tienes que comenzar una nueva vida desde abajo tu misma. De vez en cuando te asaltarán dudas mil, de volver o no a tu país y unas veces por pereza, o por que todavía no sabes que hacer con tu vida continuas en tu caso en Alemania. El caso es el siguiente si te vienes para España, despues de tres años fuera, descubriras que la gente a la que dejaste un día o no está, o bien tiene su vida, y tu tienes que comenzar casi de cero a elaborar tu vida profesional, y maldecir el salario español que no te da pa na.
Si te quedas allá tendrás un futuro incierto, pero con el tiempo te acordarás de los tuyos que quedaron aquí, y en caso que te vayan mal las cosas no estarán a tu lado.

Para que todo esto pues, por situacion parecida en mi caso, además decidí quedarme en Salamanca a trabajar y no probar en Madrid, ni nada, llevo toda mi vida desde los 14 cambiando de gentes y ambientes, y mi sensación es que al final mirás para atrás y no tienes nada, mucha gente que ha pasado por tu vida, y nada más. Mi criterio es después de mucho tiempo estabilizarte y hacer una vida en un lugar, aunque tengas que luchar el día a día, antes que salir de nuevo corriendo.

almarrota dijo...

tienes toda la razón del mundo. Cuando emigré a edimburgo yo iba to feliz con la idea fija de intentar evitar a los españoles instalados allí, y hacer todos los amigos escoceses posible, ya que les tenia muy idealizados.
pero, a pesar de que ni escocia ni los escoceses me defraudaron, si que es cierto que a pesar de su simpatia, eran algo cerrados, y por otra parte, a pesar de mi predisposición a conocer a todo el mundo que pudiera, me di cuenta que me era mas facil hacerme amigo de esa francesa, ese español, esa suiza, ese irlandes o esa australiana que estaban en mi misma situación, o parecida, dado que habia como una empatía especial, una especie de complicidad.
Así que, a pesar de mi idea primaria, y de que hice algun que otro amigo/a escocés/a, la verdad es que el grueso de gente con la que trabé amistad lo constituyeron varios españoles/as, una inglesa, una suiza, un irlandes, dos irlandesas, una australiana, un japonés, una japonesa,y mi mejor amiga de aquellas tierras, una compi de curro (Severine) que emigró a edimburgo desde su añorada normandía para seguir los pasos de su amor que fue trasladado con su empresa desde parís a edimburgo...siguiendo al amor, como tu reciente amiga oriental ;)

bueno, y paro ya, que lo que iba a ser un simple saludo se ha convertido casi en una entrada completa mia, jaja, perdoname , alemana!!!
un besoooo
luix

anniichu dijo...

me lo pase superrrbienn!! :-)
tienes mucha suerte de estar alli y poder vivir esa experiencia

muaaaaaaa!!